Sinopsis
La Tierra se muestra encarnada bajo la figura femenina protagonista. Al mismo tiempo que se debate entre la vida y la muerte, ésta sufre las consecuencias de la contaminación minera. A medida que va recordando cómo ha llegado a esa situación, se observan los horrores que la están desolando, como si de un mal sueño se tratase.
La bahía de Portman, en la Unión, brindan el escenario perfecto para hablar sobre cómo la protagonista perece ante la escasa conciencia del ser más racional.
Obra realizada bajo el colectivo Cianuro junto a: Jose Flores, Juana Martínez y Carlos Serrano.
Explicación detallada del proyecto
El caso de Portmán es el mayor desastre medioambiental de España y del Mediterráneo, superando con creces incluso, las 77.000 toneladas de petróleo transportadas por el Prestige. Lo que muchos proclamaban como la joya del mediterráneo, hoy en día se mira con gran escepticismo.
Bajo el visto bueno del Gobierno, como ya sabemos, a partir de 1957 la Bahía de Portman fue sepultada por millones de toneladas de tóxicos desechos metálicos sobrantes de la minería propia del lugar, dejando a su paso una gran llanura estéril. Se tuvo la brillante idea de que residuos como Arsénico, Cesio, Plomo y Cadmio fuesen arrojados al mar, convirtiendo así la bahía en la nueva balsa de residuos.
No fue hasta 1986 cuando Greenpeace decidió protestar en contra de esta empresa minera. Y no fue hasta 1990 cuando cesó la actividad. En ese momento, los vertidos habían hecho retroceder la línea de la playa unos 700 metros, y en el fondo marino los sedimentos llegaban hasta 12 km mar adentro. Esta bahía es la historia olvidada de una debacle ecológica, social y económico difícilmente imaginable.
“Amianto” nace con la intención de documentar este destrozo medioambiental que ha generado la actividad de las minas ubicadas en Portmán (La Unión), y su posterior abandono a lo largo del tiempo. A su vez, se pretende denunciar la inactividad y desidia por parte de la Administración para revertir esa situación, dejando a la fauna, flora y población de la zona, totalmente expuestos a niveles de toxicidad prácticamente irreversibles.
Desde el colectivo Cianuro utilizamos el formato Super 8 para tratar de generar una perspectiva onírica sobre la contaminación. A través de escenas y una narrativa que aparentemente parecen inconexas, el espectador se sumerge en un mundo de surrealismo y reminiscencia que evocan a un estado de ensoñación recorrido a través de una sucesión de recuerdos. El hilo conductor de la historia, podríamos decir que se encuentra en la asociación de los planos del entorno con los de la cara de la chica, aludiendo a las experiencias vividas por la propia Tierra.
Por medio de los aspectos estéticos combinados con el montaje, encontramos coherencia y conexión. Los movimientos de cámara nos llevan de un plano a otro sin que nos demos cuenta. Los colores ocres y amarillentos recuerdan a los escenarios apocalípticos que se evocan en literatura, resultantes de residuos tóxicos. A su vez, la figura humana se muestra de manera sutil, dejando ver en contadas ocasiones únicamente sus extremidades.
El personaje principal, representado por la mujer a la que se le ve la cara de manera agónica, es con el que más empatizamos. Ella es la vida, La Tierra. Por otro lado, nos encontramos con otro personaje, de manera muy puntual, en el que depositamos la concienciación social de la pasividad, la contemplación y la desidia humana respecto a la situación. Vamos, un mero espectador ante tal atrocidad.
